Como siempre, como reina quería mentiras.
Fallecí por un día, 24 horas de sueño, muerta por la culpa de un pútrido poeta.
Yo sólo quería comprobar la verdad, mentir para sentir un maldito efecto, causas inútiles quizás, pero necesario fue el sufrir para desear la felicidad, y será más difícil conquistar mi felicidad por mi misma.
Grande la verdad del amor pequeño el ser que no se deja llevar.
Es como si el muerto viniera a seguir viviendo
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