De pronto todos nos convertimos en la misma mierda. Solo por el hecho de remontarnos a ese pasado sádico y morboso, de negras lunas, luces azuladas de patrulleros asesinos, y derrumbes mentales.
Maldición!, lo que perdemos lo volvemos a amar...
Y el mundo se esfuma y este amor no es de verdad, siguen comiendo a la luna los hombres en Alcatraz.
Todo se fractura, los ojos, los vidrios y las mentes
Él está protegido por rayos y ratas... y en mí hay tantos vidrios rotos como pestes en sus ojos. Él es un niño muerto, un niño de alta edad, un niño de 60 años, muerto.
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