Este es el mundo, y no el que nos hacen creer.
Somos buenos por naturaleza, y no lo que nos hacen creer.
La vida no tiene valor, tiene importancia, y no lo que nos hacen creer.
Ni la naturaleza, ni la felicidad, ni la humanidad se compran, y no es lo que nos hacen creer.
Tranquilamente podríamos no existir, como existir eternamente, pero si creemos en lo que vemos no nos condenemos.
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