
Y después de cinco años proclamaron:,
Aquel que dice ser el enviado de dios
Está pronto para la guerra.
Tiene tanques, acorazados y cañones
Y en los hangares tal número de aviones
Que le bastaría hacer un ademán
Para que el cielo se oscurezca.
Nos propusimos entonces examinar a este pueblo
Que iba a constituir su ejército:
A estos hombres y estas mujeres,
Lo que eran y lo que pensaban,
Y ordenamos que se hiciera el gran desfile
Del pueblo alemán.
Aquí viene la multitud confusa y pálida
Detrás de la cruz,
La cruz en las banderas rojas de sangre,
La cruz de cuatro garfios, horca
Para los pobres
Parten para su gran guerra,
Unos, marchando al paso,
Otros, arrastrándose en cuatro patas.
No se oye ni un gemido, ni una queja.
La banda militar cubre sus voces
Allá van, con hijos y mujeres,
Después de atravesar cinco largos inviernos
Sin saber si otros cinco aguardarán.
Seguido de ancianos y de enfermos,
Desfila ante nosotros el gran ejército
Con todos sus efectivos.
(Bertol Brecht - Terror y miseria del tercer reich)
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